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¿Qué hago con el llanto de mi bebé?

La media de llanto en bebés de menos de 3 meses es de 2 horas diaria.

Es importante poder entender qué quiere decir su llanto y reconocer qué te pasa a ti con ese llanto.

El llanto de tu bebé no es algo que ocurra de manera aislada, viene de estar largos meses en tu útero con todas sus necesidades cubiertas, en un medio húmedo, con el filtro de tu cuerpo materno para los sonidos, las sensaciones corporales, estando en determinadas posturas, y un día la vida lo empuja a pasar al otro lado de tu piel; medio seco, sonidos nuevos, respirar, el contacto con otras texturas y tantas cosas nuevas. Tu bebé necesita adaptarse y su ritmo dista mucho de los ritmos adultos y de esta sociedad de la velocidad del “cuanto antes mejor”.

El llanto del bebé tiene dos funciones: comunicación y afrontación del estrés.

Cuando tu bebé llora siempre está diciendo algo, o hace evidente un malestar, que puede ser algún dolor físico o molestia de pañal, ropa, etc. o reclama que se cubra una necesidad como puede ser hambre, sueño, higiene, cambio de postura o movimiento y el contacto.

Pero ¿qué pasa cuando tu bebé está con pañal limpio, descartados asuntos médicos, biberón o teta recién tomada, sueño colmado, en brazos, mecido, en temperatura adecuada y además en casa, con la luz cálida y en silencio y SIGUE LLORANDO?

Estos momentos suelen ser lo que generan mayor dificultad en la madre y/o el padre.

Y es que hay veces que el bebé NECESITA LLORAR. EL mismo llanto puede ser una necesidad en sí misma, que le ayuda a descargar ciertos estreses del día a día o de su historia.

Hay veces que puede ser una comida familiar con más ruido, caras o brazos de lo habitual. O puede ser que haya vivido alguna sobreestimulación por ejemplo de luces, de texturas u otras sensaciones. También puede ser que aparezcan frustraciones evolutivas, o alguna experiencia que haya vivido como aterradora como puede ser estar separado de su madre, o nacimientos traumáticos, o estrés prenatal.

Saber a ciencia cierta el origen de cada llanto de tu bebé muy difícil, a veces diría que imposible. Y en ocasiones intentando entender nos perdemos el sentir y el presente.

Sea de donde sea que viene el llanto, orgásmicamente el bebé está regulándose y a través de esas lágrimas le da salida a aquella vivencia que necesita descargar y gracias a la cual te hace saber lo que le pasa para que puedas acompañarlo.

¿Cómo se calma entonces?

Invito a un replanteamiento de la pregunta, ya que más que perseguir desesperadamente el objetivo de calmarlo, te preguntes:

¿Cómo reducir la exposición a acontecimientos estresantes?, ¿Cómo acompañarlo? Y ¿Qué emociones y sensaciones despierta en ti su llanto?

Reducir y cuidar las cosas que hacen que el bebé llegué a llorar puede ser algo a tener en cuenta pero es complicado alcanzarlo al 100%, pasan más cosas en la vida, y el padre y la madre quizás tengas ganas de ir un día a un centro comercial, o a tomar una infusión con una amiga o hacer trayectos en coche. Hay otras vidas que atender y cuidar también y esta bien hacerlo.

Por lo que, cuando el bebé tiene sus otras necesidades cubiertas y sigue llorando, déjale llorar, permite su llanto acogiéndolo en tus brazos, incluso diciéndole “lo estás haciendo bien, estoy a tu lado”.

Dejarlo llorar no es abandonarlo cuando llora, al revés, es acoger su llanto mientras lo abrazas.

Los bebés viven las emociones de manera indiscriminada y el calor y contacto físico de sus personas adultas de referencia le sirve para regularse.

Cuando los bebés van creciendo y gatean, son ellos los que suelen mostrar que prefieren, si estar solos y la madre cerca o si prefieren brazos.

En estos momentos es más importante y urgente el estar que el hacer, gran asignatura pendiente en el momento social presente, ya que se vive como una pérdida de tiempo ese “no hacer” que en cambio es hacer mucho.

Muchas veces después de un llanto de descarga se duermen o se relajan mucho. Lo mismo que pasa a todo ser vivo, que cuando se le da lo que necesita, se satisface y puede seguir creciendo (explorando).

Cuando ante la necesidad del llanto, las personas adultas respondemos con el estrés de tener que hacer algo (habiendo atendido ya lo necesario) se crea una tensión que se retroalimenta. Y en esta tensión suele haber automensajes de culpa e incapacidad o hacia el bebé de enfado.

Si el llanto, aun sabiendo que puede ser una necesidad más del bebé, se hace exageradamente difícil para ti o tu pareja, te lleva a un terreno oscuro de ti misma,  de angustia y sufrimiento, por favor, es importante pedir ayuda. Pedir ayuda es de humanas, nada más ni nada menos. Es posible que el llanto del bebé esté reactivando partes de tu propia historia como bebé u otro asunto de importancia en tu vida.

Desde la psicología perinatal, además de acompañar a las familias a comprender y empatizar con las vivencias y etapas evolutivas de los bebés, acompaños a las personas adultas a descubrir, cuidar y gestionar eso que les ocurre con sus bebés y su nuevo rol de madre o padre.

 

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